¿Qué es la vitamina B1 y qué papel desempeña en el organismo?

La vitamina B1, también conocida como tiamina, es una de las ocho vitaminas del complejo B. Se trata de una vitamina hidrosoluble, lo que significa que se disuelve en agua y no se almacena en grandes cantidades en el cuerpo. Por lo tanto, debe ser ingerida de manera regular a través de los alimentos o suplementos. La tiamina fue la primera vitamina del complejo B en ser descubierta, lo que le otorgó el número uno en su nombre.
Esta vitamina desempeña un papel fundamental en el metabolismo energético, ya que participa en la conversión de los carbohidratos en glucosa, que es la principal fuente de energía del cuerpo. También es esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso, muscular y cardiovascular.
Función de la vitamina B1 en el organismo
La principal función de la vitamina B1 es actuar como coenzima en diversas reacciones metabólicas. Esto significa que colabora con ciertas enzimas en procesos bioquímicos esenciales para obtener energía a partir de los alimentos. En particular, la tiamina es necesaria para el metabolismo de la glucosa, que es especialmente importante en tejidos con alta demanda energética como el cerebro, el corazón y los músculos.
Además de su papel energético, la vitamina B1 interviene en la síntesis de neurotransmisores, que son sustancias químicas responsables de la transmisión de señales entre las neuronas. Gracias a esto, se considera que la tiamina es crucial para mantener la salud del sistema nervioso y para regular funciones cognitivas como la memoria, la concentración y el estado de ánimo.
Asimismo, participa en el buen funcionamiento de los músculos y del sistema digestivo. También se la ha relacionado con la mejora de la circulación sanguínea y con el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Beneficios para el sistema nervioso
Uno de los beneficios más importantes de la vitamina B1 es su influencia sobre el sistema nervioso central y periférico. Al facilitar la producción de neurotransmisores como la acetilcolina, la tiamina permite la correcta comunicación entre las células nerviosas. Esto no solo favorece funciones mentales como la atención y la memoria, sino que también previene trastornos neurológicos.
Cuando hay deficiencia de vitamina B1, pueden aparecer síntomas como irritabilidad, fatiga, confusión, debilidad muscular, pérdida de reflejos y, en casos graves, daño nervioso irreversible. En situaciones extremas, la falta de esta vitamina puede provocar enfermedades neurológicas graves como el síndrome de Wernicke-Korsakoff, que afecta principalmente a personas con alcoholismo crónico.
La vitamina B1 también ha demostrado tener un rol protector en el tratamiento de ciertas neuropatías, especialmente las inducidas por diabetes, ayudando a reducir el dolor y mejorar la sensibilidad nerviosa.

Papel en el metabolismo energético
El cuerpo humano obtiene energía a partir de los alimentos, y la vitamina B1 es clave en este proceso. Actúa como coenzima en el ciclo de Krebs, una serie de reacciones metabólicas que convierten los carbohidratos en energía utilizable por las células.
Este papel energético es particularmente importante para personas activas, deportistas o personas sometidas a altos niveles de estrés físico o mental, ya que su demanda de energía es mayor. En estos casos, mantener niveles adecuados de tiamina contribuye a reducir la fatiga, mejorar el rendimiento físico y mantener el equilibrio energético general.
La deficiencia de tiamina puede llevar a una acumulación de ácido pirúvico y láctico, lo que genera malestar, debilidad y pérdida de masa muscular. Por eso, su presencia es esencial para que el cuerpo funcione con eficacia.
Prevención de enfermedades y trastornos
La vitamina B1 cumple un papel preventivo en diversas enfermedades, tanto por su acción antioxidante como por su función metabólica. Uno de los trastornos más conocidos relacionados con la falta de tiamina es el beriberi, una enfermedad que afecta el sistema nervioso y cardiovascular. Existen dos formas de beriberi: el seco, que compromete principalmente a los nervios, y el húmedo, que afecta al corazón y a los vasos sanguíneos.
Otra enfermedad grave relacionada con la deficiencia de vitamina B1 es el ya mencionado síndrome de Wernicke-Korsakoff, una afección neurológica grave que se presenta comúnmente en personas con consumo excesivo y prolongado de alcohol, debido a la mala absorción de tiamina.
Además, hay estudios que sugieren que la tiamina puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en personas con diabetes tipo 2 y prevenir ciertas complicaciones vasculares asociadas con esta enfermedad. También se ha investigado su posible efecto protector en casos de insuficiencia cardíaca, ya que puede mejorar la función del músculo cardíaco cuando se administra en dosis terapéuticas.
Fuentes naturales de vitamina B1
La vitamina B1 se encuentra en una amplia variedad de alimentos, por lo que es posible cubrir los requerimientos diarios mediante una dieta equilibrada. Entre las fuentes más ricas se encuentran los cereales integrales, el arroz integral, las legumbres, las nueces, las semillas y el germen de trigo. También está presente en carnes magras como el cerdo, el hígado, los pescados y algunos productos lácteos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cocción prolongada, el uso de bicarbonato o el almacenamiento excesivo de los alimentos pueden destruir parte del contenido de tiamina. Por eso, es recomendable consumir alimentos frescos y minimizar el uso de técnicas de cocción agresivas para preservar los nutrientes.
En algunos países, los productos como la harina o el arroz blanco están fortificados con vitamina B1 para prevenir deficiencias en la población. También existen suplementos de tiamina en diversas presentaciones, que pueden ser útiles en personas con necesidades aumentadas o problemas de absorción.
Necesidades diarias y suplementación
Las necesidades diarias de vitamina B1 varían según la edad, el sexo y el nivel de actividad física. En adultos, la cantidad recomendada suele rondar entre 1,1 y 1,2 miligramos por día, aunque puede ser mayor en embarazadas, lactantes o personas sometidas a un esfuerzo físico intenso.
En general, una dieta variada cubre las necesidades básicas. Sin embargo, en ciertas situaciones puede ser necesario recurrir a suplementos. Esto ocurre, por ejemplo, en personas con alcoholismo crónico, con enfermedades digestivas que dificultan la absorción, en casos de estrés prolongado, o en pacientes con enfermedades metabólicas específicas.
La suplementación con vitamina B1 es segura cuando se realiza en las dosis adecuadas. Dado que es hidrosoluble, el exceso se elimina fácilmente por la orina, y los efectos adversos son muy poco comunes. De todos modos, siempre se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tipo de suplementación.

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